Estás visitando la casa de una amiga cuando tu hijo explota en la habitación porque su compañero de juego no estaba siguiendo las reglas del juego. De inmediato pides disculpas a la anfitriona por la pataleta, pero realmente te gustaría meterte debajo de la mesa.
La ira es una emoción difícil para los niños, e incluso para los adultos, porque se sienten grandes y fuera de control, dice Jennifer Kogan, una trabajadora social clínica independiente y bloguera para el Washington Post. Tu misma ansiedad y sentimientos intensos se magnifican cuando tu hijo se comporta de manera emocional. Enséñale que está bien expresar sus sentimientos, siempre y cuando sepa qué hacer con ellos. Guía a tu hijo sobre cómo manejar la ira.
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Identifica Sentimientos
Cuando tu hijo está molesto, es importante reconocer sus sentimientos y frustraciones, dice Kara McCarten-May, psicóloga escolar en la escuela primaria Bear Road en North Syracuse, NY. Respondiendo y poniendo nombre a los sentimientos ayuda a un niño a poner palabras y nombre al comportamiento. Decirle "Veo que estás molesto" ayuda a tu hijo a entender y a darse cuenta de cuándo está molesto, dice McCarten-May. Abre las puertas a la conversación y a la resolución de problemas. Es importante discutir el por qué está molesto y si realmente necesita estarlo. Debes saber escuchar.
Destaca Señales Físicas
Es importante intervenir para ayudar a tu hija a identificar cómo su cuerpo se siente cuando está molesta, dice Jill Klein, psicóloga escolar en la escuela preparatoria Léman Manhattan en la ciudad de Nueva York. Los niños tienen que reconocer las señales de la ira. Muchas de estas señales son sensaciones físicas como mareo, cosquilleo, sudor, calor (especialmente en la cara o el estómago), aumento en los latidos del corazón y músculos tensos. Es importante animar a tu hijo a hacer una conexión de sus reacciones fisiológicas a sus emociones, aconseja Klein. Por ejemplo, ella se ha puesto más caliente según ha aumentado su enojo. Mientras más rápido tu hija reconoce las señales físicas, más pronto podrá usar estrategias que la mantendrán lejos del punto de ebullición.
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Crea un Lugar Seguro
Una vez que tu hijo pueda reconocer la sensación de ira en su cuerpo, háblale de cómo expresarlo de manera constructiva, recomienda Jude Bijou, terapeuta de matrimonio y familia en Santa Barbara, California, e hija de la pionera psicóloga en comportamiento infantil Sidney Bijou. En un momento neutral, decide la mejor manera para que él exprese frustración. Quizás es pegarle a una muñeca, pisar duro alrededor de la habitación como King Kong o patear cajas de cartón. Pónganse de acuerdo en un lugar seguro, tal como la habitación de juego, un baño o un garaje, para que libere sus emociones con libertad. Cuando las pataletas escalen, lleva a tu hijo con cariño al lugar elegido, dice Bijou. No te burles de él, lo molestes o hagas comentarios que sean denigrantes mientras está liberando su enojo. Debes estar presente sólo para presenciar y reconocer que está molesto y que eso no tiene nada de malo. Este no es el momento para ponerte instructivo o enseñarle una lección.
Enséñale Herramientas para Control del Enojo
Cuando tu hija aprende una nueva herramienta para manejar la ira, su cerebro aprende una nueva manera de lidiar con sentimientos intensos, dice Kogan. Demuéstrale estas herramientas y haz que las practique cuando no esté molesta. Ella podrá usar esas estrategias cuando las necesite. Hacer ejercicios de respiración con tu hija para relajar su cuerpo y así podrá hacer dicho ejercicio cuando se sienta molesta. Las imágenes son una herramienta efectiva. Pídele a tu hija que piense en una imagen de un animal o un lugar que la ayude a relajarse. Recuérdale que piense en eso cuando se sienta molesta. Kogan también sugiere crear sentimientos en una tabla para que tú y tu familia puedan hablar acerca de todos los sentimientos que han tenido en un día en particular. Pídele a tu hija que dibuje una imagen de cómo se siente.
Sé el Modelo
Muéstrale a tu hijo cómo controlar la ira, recomienda Bette Freedson, una terapeuta privada y consultora de escuela en South Berwick, Maine. Evita el modelo "haz lo que digo, no lo que hago" cuando estás ayudando a un niño a manejar su ira. Aprende lo básico sobre el control de la ira para usarlo en tus propias circunstancias y practícalas frente a tu hija y en tu vida. El efecto de calma que obtienes al utilizar un manejo de la ira exitoso puede pasarse suave e intuitivamente en un modelo para tu hija. Cuando eres menos emocional, tu hijo estará infectado de la calma, dice Freedson.