Los niños ultraconectados de hoy son más avanzados tecnológicamente de lo que podríamos haber imaginado jamás. Ellos entran a mundos de juegos virtuales desde la pantalla de un televisor, procesan datos de interés en segundos y tienen la capacidad de escuchar cualquier canción sin tener que insertar un inconveniente CD, cassette o (algunos de ustedes tendrán que investigar este último) discos de vinilo.
Ese crecimiento en tecnología personal, los niños jugando afuera menos, además de padres ocupados que dependen más en comida de restaurante, han resultado en que se haya triplicado el número de niños obesos, dice el Dr. Garry Sigman, Director Médico y de Medicina para Adolescentes en la Clínica Pediátrica de Control de Peso Loyola en Maywood, III. El porcentaje de niños obesos en los Estados Unidos en edades entre 6 y 11 años ha aumentado de un 7 por ciento en 1980 a casi 20 por ciento en 2008, agrega Sigman. Similarmente, el porcentaje de adolescentes obesos en edades entre 12 y 19 años aumentó de un 5 por ciento a un 18 por ciento durante el mismo período.
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Los niños tienen que entender su rol en un estilo de vida saludable y que ellos son lo suficientemente importantes para tomar decisiones inteligentes. Mientras más jóvenes aprenden estos hábitos, se vuelven más instintivos según ellos crecen y maduran. "La epidemia de la obesidad infantil no es sólo una preocupación por la apariencia de nuestros niños, sino que tiene la forma de un problema de salud grave. Nunca antes nosotros los pediatras habíamos visto niños como los que estamos tratando ahora por enfermedades de adulto para resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hiperlipidemia e hipertensión", dice Sigman. "Adquirir estas enfermedades tan joven, como sucede con los niños ahora, resultará en expectativas de vida dramáticamente cortas para su generación".
Según Karen McNamara, cocreadora de unos personajes llamados The OrganWise Guys para enseñarle a los niños sobre salud, dice que para poder crear cambio real de largo plazo, los niños tienen que hacer su trabajo. "Los niños tienen que entender su rol en un estilo de vida saludable y que ellos son lo suficientemente importantes para tomar decisiones inteligentes. Mientras más jóvenes ellos aprenden estos hábitos, se vuelven más instintivos según ellos crecen y maduran".
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Aquí están los consejos de Sigman y McNamara que también pueden ayudar a mantener la familia completa en buena forma:
Enseña con el ejemplo. Vive tu propia vida de manera saludable, y no hagas comentarios acerca del peso y apariencia física tuyos y de tu hijo, coinciden Sigman y McNamara. Tú eres el modelo que tiene más influencia en tus hijos, así que cuando comes bien y te ejercitas, hay más chances de que puedas tener una impresión duradera y significativa en tus hijos.
Crea una rutina. Encárgate de que hagan algo activo cada día como familia y aplica las mismas reglas a los niños y adultos para las comidas y ejercicio. Una rutina fácil es ir a caminar después de la cena, lo que además estimula la conversación, dice McNamara, en vez de tirarse en el mueble frente al televisor.
Dile no a la pantalla. Limita el tiempo frente a la pantalla a cantidades razonables (por ejemplo: una hora durante los días de semana y dos horas durante los fines de semana, sin televisión, videos o videojuegos durante los días de verano). En vez de eso, estimula actividades que mejoren la mente y el cuerpo, dice Sigman.
Mantén reglas atractivas. Organiza los horarios de comidas y meriendas: tres comidas (incluyendo desayuno) y dos meriendas (a mitad y al final de la tarde). Las comidas deben incluir a todos los miembros de la familia que estén en la casa en ese momento. El televisor debe mantenerse apagado durante las comidas, y al refrigerador y a la despensa se les da un descanso entre comidas y meriendas, aconseja Sigman.
Los líquidos también tienen calorías. Desanima todas las bebidas azucaradas, jugos, sodas, excepto un pequeño vaso de jugo de frutas con el desayuno. Estimula el consumo de agua y leche descremada (ten presente sin embargo, que los niños menores de 2 años deben tomar leche entera), dice Sigman.
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Compra para tener éxito. Llena tu despensa de meriendas saludables y planifica comidas que incorporen suficientes frutas y vegetales coloridos, productos integrales y carnes magras. De esta manera puedes permitir que repitan dos veces de comidas sanas, dice McNamara.
Controla tus cachorros hambrientos. Mientras estés preparando la cena con niños hambrientos esperando, ten vegetales frescos y aderezo bajo en grasa a mano porque los niños tienden a querer comer lo que está frente a ellos, dice McNamara.
Mide la situación. Sigman explica que para evitar porciones estilo familiar en un bol, debes servir las comidas en platos individuales y ayudar a los niños a aprender los tamaños de porción. Todos comiendo de sus platos y mientras están sentados, nada de comer de bolsas o paquetes, o directo del refrigerador.
Acentúa lo positivo. No te pongas a disciplinar o a regañar, die Sigman. En vez de eso, ella sugiere ser positiva acerca de la salud y de la capacidad de tu familia de vivir de manera saludable, y evitar perfeccionismo. "Una pequeña variación no es igual a una mala conducta o pecado", dice ella.
Date gusto… algunas veces. ¡Prepara postres reales! Casi cualquier comida; incluyendo el helado, la soda y los nachos, no deben estar prohibidos, pero tampoco necesitan estar en el menú todos los días. "Mientras menos comemos estas cosas, más las disfrutaremos", asegura McNamara.